Notas de la autora sobre la construcción del Manual de Formación Docente

Mi experiencia de 30 años en el ámbito educativo como maestra, coordinadora y directora ha sido la base fundamental para la creación de este Manual. A lo largo de mi carrera, he tenido la oportunidad de trabajar tanto en centros educativos de alto rendimiento, como en aquellos que aspiraban a serlo, lo cual me permitió observar una amplia gama de práctica, necesidades y contextos de desarrollo docente.

Además, mi participación en procesos de certificación y acreditación educativa me brindó una visión integral de los estándares de calidad, así como de las fortalezas y desafíos comunes en las instituciones educativas. Estas experiencias enriquecieron profundamente la construcción del Manual de Crecimiento Docente.

Durante la etapa inicial del diseño, utilicé una estrategia muy personal pero eficaz: llené una pared de mi oficina con notas adhesivas (post-its) que incluían temas relevantes sobre educación, recopilados a lo largo de los años en talleres, libros, capacitaciones, reuniones en salas docentes y conferencias con padres de familia. Luego, agrupé todos estos temas en 10 módulos, cada uno dividido en 4 subtemas, formando así la columna vertebral del contenido del manual.

Una vez establecidos los temas base, surgió la gran interrogante: ¿cuál sería la metodología y el objetivo principal del programa? El propósito quedó claro: crear un proceso autosostenible, que requiriera un mínimo de recurso humano para su monitoreo e implementación, permitiendo así su escalabilidad y adaptabilidad. La meta era que, al completar las fases del programa, el docente contara con una base sólida de conceptos clave que lo habilitaran para generar soluciones propias, contextualizadas a las necesidades particulares de su comunidad.

En lugar de ofrecer soluciones únicas y universales, el programa se centra en equipar al docente para que él o ella pueda crear esas soluciones. Esto responde a una convicción profunda: que es imposible prever todas las necesidades de cada contexto educativo, pero sí es posible formar docentes capaces de responder con creatividad ética y compromiso.

Para lograr esto, seguí la Taxonomía de Bloom como guía estructura:

Fase 1: Se enfoca en los fundamentos, comprensión de conceptos básicos y su papel en la práctica docente.

Fase 2: Avanza hacia la aplicación y el análisis, el docente examina cómo y por qué hace las cosas, evalúa resultados y realiza mejoras.

Fase 3: Introduce el uso de proyectos de mejora continua, poniendo en práctica los aprendizajes previos en contextos reales.

Durante la concepción del programa, cuando aún era solo una visión compartida entre miembros del consorcio en Guatemala, comencé a compilar los contenidos básicos de la primera fase. Desde el inicio comprendimos que, para alcanzar una población amplia sin depender de un monitoreo constante, debíamos confiar en el potencial autodidacta del docente, su vocación y sus valores personales y profesionales. La motivación central no podía ser externa, sino interna: el compromiso ético de responder adecuadamente a los desafíos educativos de su tiempo y comunidad.

La metodología de mesa redonda fue adoptada por dos razones esenciales:

  1. Socialización de aprendizajes: el mejor recurso de un docente es otro docente. Incorporar el diálogo y el intercambio de experiencias permite que los contenidos del manual se multipliquen y se enriquezcan con ejemplos reales, fortaleciendo tanto la práctica individual como el trabajo colaborativo.
  2. Rendición de cuentas compartida: En lugar de depender de un ente externo y una estructura costosa de seguimiento, los grupos pequeños permiten que los propios docentes se responsabilicen del avance mutuo. Esta lógica de apoyo y acompañamiento refleja una verdad profunda del quehacer educativo: cada docente construye sobre el trabajo del anterior, y el progreso colectivo es una responsabilidad compartida.

Conclusión

Este manual no es el resultado de una teoría aislada, sino de una vida entera dedicada a la educación. Es un esfuerzo colectivo de compartir lo aprendido, lo observado y lo soñado junto a tantos docentes que, como yo, creen que la educación transforma vidas.

Más que una receta, este programa es una invitación: a reflexionar, a compartir, a crecer juntos. Confío plenamente en la capacidad de cada docente para convertirse en un agente de cambio dentro de su comunidad. Si este manual logra acompañar, motivar o inspirar, aunque sea a un solo educador a seguir adelante con pasión y propósito, habrá cumplido su misión.

Este proyecto no habría sido posible sin el aporte de diversas personas y organizaciones que enriquecieron el proceso desde distintos ángulos:

Woord en Daad, por tomar la iniciativa de promover un programa con potencial de transformación sistémica, enfocado en la autosostenibilidad, el monitoreo y evaluación de resultados, y el empoderamiento de las comunidades como eje de cambio.

Guatemala Próspera, por inspirar la metodología de mesa redonda como modelo de socialización de aprendizaje y rendición de cuentas colaborativa.

Nidia Giorgis, Decana de la Facultad de Educación de la Universidad Mariano Gálvez, por compartir experiencia e información clave sobre los desafíos actuales en la formación docente y en el sistema educativo guatemalteco.

AMG Guatemala, por pilotar el programa en sus centros educativos y brindar una valiosa retroalimentación que permite hacer ajustes significativos para mejorar su implementación.

Gracias a cada uno de ellos, y a los docentes que confían en este proceso, por creer que es posible construir una educación más sólida, humana y contextualizada.

Autora:
Lisa Berberian
Consultora en educación para Woord en Daad
Coordinadora Programa de Fortalecimiento Escolar
Guatemala

Nota: Para Colombia el Manual en su versión 2025 tiene una adaptación a 8 módulos de desarrollo temático.

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